jueves, 5 de noviembre de 2015

La importancia de prepararte a tu testigo (2/2)

Buenas a todos, retomando la última entrada publicada, recordaréis que os hablaba de mi experiencia en una Vista en la que me di cuenta de la enorme importancia que puede llegar a tener la declaración de un testigo y que en un momento dado, puede desequilibrar la balanza a favor de una de las partes.

Después de haber asistido a muchos juicios, puedo deciros que al contrario de lo que la mayoría de la gente puede pensar, los abogados no siempre se preparan a sus testigos, o al menos ésa es la impresión que me he llevado más de una vez.

Yo particularmente, y quizás se deba a mi obsesión por el perfeccionismo, si voy a llamar a un testigo para interrogarlo, necesito asegurarme antes de qué es lo que va a responder tanto a mí como al abogado contrario, principalmente porque si lo que va a decirnos puede perjudicarme, prefiero ahorrarle el viaje.


Y esto es precisamente lo que, bajo mi punto de vista, ocurrió en el Juicio del que os vengo hablando. Como avancé en mi anterior entrada, este testigo iba a declarar sobre el robo que sufrió en su camión y, especialmente, sobre las dos versiones que dio a la aseguradora sobre lo ocurrido, la primera ante la policía el mismo día del robo, y la segunda un año y pico después mediante un escrito que se presentó en el Juzgado.

Pues bien, llega su turno de declarar y a las preguntas del letrado contrario en principio todo correcto, un poco parco y dubitativo quizás en sus respuestas pero hasta aquí nada que llame especialmente la atención, teniendo en cuenta los nervios que puede provocar ponerse delante del Juez. Pero fue cuando empezó a responder a mis preguntas cuando todo empezó a desmoronarse...

Titubeos, miraditas al abogado de la otra parte, "que no recuerda bien lo ocurrido", "que le repita la pregunta", etc., todo un poco sospechoso. Pero fue cuando llegamos a la segunda versión de lo ocurrido cuando se torció todo. Empecé a preguntarle por hechos concretos del atraco, cuántos eran, si se les veía la cara o la llevaban tapada, si llevaban armas a la vista, si los vió antes o después de bajarse del camión... no supo responder bien a ninguna pregunta, y aquí fue cuando al Juez le saltó la alarma.

Pero lo mejor estaba por venir, fue cuando le pregunté en relación a ese escrito de ampliación de denuncia en el que decía que lo realmente ocurrido fue que lo atracaron a mano armada y que mintió en su primera declaración por miedo. Le pregunté que cómo surgió la idea de presentar ese escrito, si lo había redactado él, que por qué espero tanto tiempo, que cómo sabía a qué Juzgado dirigirse. Se quedó en blanco, sin responder a ninguna de las preguntas. Y entonces le pregunté si fue otra persona la que le había preparado ese escrito para que lo firmara, y siguió sin responder, siendo entonces cuando el Juez, cabreado de sus evasivas, le llamó la atención y le exigió que respondiera. Y, atención, el testigo dijo que "no podía decirlo". Esto cabreó aún más a Su Señoría quien volvió a insistirle, apercibiéndole que de no responder se iría derechito al calabozo, y entonces se descubrió el pastel, le pregunté si había sido el demandante quien le había pedido que firmara el escrito y dijo que sí, y fue entonces cuando dije, orgulloso, aquella famosa frase tan repetida en las pelis de abogados: "no hay más preguntas señoría". En ese momento supe que había ganado el pleito, y así fue.

Todo esto me hizo reflexionar que con independencia de tener bien preparado el Juicio, de conocerte a rajatabla los preceptos aplicables, la jurisprudencia, tener todas las pruebas bien estudiadas... todo eso está muy bien, pero algunas veces, un testigo puede darte la victoria o la derrota.

Por eso, si algún abogado está leyendo esto, me permitiré dar un par de consejos desde mi más profunda humildad, aunque puede que ya lo esté haciendo (bien hecho):

1.- Reúnete con tu testigo o testigos uno o dos días antes del Juicio y repasa con él las preguntas que vayas a hacerle, incluso que ensaye contigo sus respuestas.

2.- Y quizás más importante que lo anterior, imagina las preguntas que le harías si fueras el abogado de la parte contraria, y ensaya un par de veces el interrogatorio desde este punto de vista.

Si después de haber hecho todo esto no te quedas tranquilo, si crees que el testigo puede perjudicarte más que ayudarte, no lo dudes, por el bien de tu cliente renuncia a su interrogatorio en la Vista.

Espero haberos amenizado la tarde, hasta la próxima!



No hay comentarios:

Publicar un comentario