Buenas! ante todo felicitaros el año nuevo y espero que estas Navidades os hayan traído muchos regalos, y lo más importante, que os hayan gustado y no acaben guardados en un cajón o en un anuncio de wallapop.
Seguramente os hayáis percatado de que el estilo visual del blog ha cambiado radicalmente, me he decidido a cambiar el anterior tono refinado, a uno más moderno a la par que minimalista, y que pienso que es más acorde a mi personalidad. Si alguno habéis reconocido la silueta de la cabecera, sabréis que pertenece al protagonista de una célebre saga de videojuegos basada en este mundillo, el de la abogacía.
Dicho lo anterior y entrando ya en materia, he querido dedicar esta primera entrada a esa manida reflexión que nos hacemos cuando se acaba un año y empieza otro, los propósitos de año nuevo.
Normalmente cuando los abogados pensamos en cómo prosperar, solemos pensar en la captación de nuevos clientes, pero lo cierto es, y esto es algo que se nos ha venido concienciando en nuestro despacho desde hace tiempo, es que tan importante, sino más, como captar clientes, es fidelizar a los que ya tenemos, ya que sin ellos no estaríamos donde estamos. Además, esto algo que nos puede beneficiar de dos formas, la primera por supuesto es que seguirán confiando en nosotros para futuros asuntos, y la segunda y como consecuencia de la anterior, es que nos traerán a nuevos clientes, ya que si están contentos con nuestro servicio, nos recomendarán a más gente.
¿Y cómo fidelizamos a los clientes? En mi humilde opinión hay tres conceptos clave, información, accesibilidad y empatía.
No es ningún secreto que una de las quejas que suele repetirse más a menudo por los clientes respecto de sus abogados es que éstos no les tienen informados de cómo van sus casos. Por ello es importante tenerlos puntualmente informados, con independencia de que haya novedades o no en sus asuntos. A priori puede parecer una tontería y una pérdida de nuestro valioso tiempo llamar a "Fulanito" para decirle que no hay novedades en su asunto, pero esto es algo que después de haberlo hecho muchas veces, puedo asegurar que el cliente lo agradece, y mucho.
Nosotros por ejemplo, tenemos por costumbre cada mes contactar con los clientes, bien a través de una llamada telefónica o bien por correo electrónico para informarles del estado de sus asuntos, e insisto, aunque no haya novedades.
Por otra parte, es también importante ser accesibles a los clientes. En mi caso por ejemplo, y esto quizás sea una manía mía, si un cliente me llama y por lo que sea no he podido atenderle en ese momento, me entra como una especie de ansiedad y no me quedo tranquilo hasta que le devuelvo la llamada, en cuanto me sea posible, ya que nunca sé si puede tratarse de una urgencia, imaginad por ejemplo que han detenido a nuestro cliente y al primero que llama es a nosotros. Probablemente no sea el caso, pero ¿y si lo es?.
Y por último pero no menos importante, la empatía. No estoy hablando de ponernos en el lugar del cliente cuando defendamos su asunto hasta el punto de hacer nuestra su indignación o frustración cuando las cosas no nos son favorables, ya que esto nos puede provocar ansiedad e incluso quitar el sueño (lo dice alguien que lo experimentó en sus primeros años de ejercicio), pero sí en cierto modo saber ponernos en su lugar y sobre todo, transmitirles nuestra preocupación por el caso que nos ha encomendado y hacerle saber que vamos a defenderles como si se tratase de nuestro propio asunto.
En definitiva, intentemos que nuestro cliente cuando nos vea subirnos al estrado, o nos imagine en nuestro despacho desde el otro lado del teléfono, nos vea no sólo como suabogado, sino también como su superhéroe particular.
Eso es todo, espero que os haya resultado interesante esta entrada. Para acabar, me permito haceros una recomendación seriéfila cuyo protagonista es a la vez abogado y superhéroe: Daredevil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario