viernes, 5 de julio de 2013

El Juez ha perdido los papeles (2/3)

Retomando la última entrada, resulta que tenemos un Auto que acuerda desahuciar a mis clientes basándose en que al no haberse aportado los justificantes del pago de las rentas, se presumía que no se había pagado renta alguna y que por tanto, el contrato de arrendamiento era ficticio dándole así la razón al Banco, lo que era absolutamente incierto.

Ante esto empecé a pensar en varias explicaciones, la primera de ellas echándome la culpa a mí mismo, que soy muy despistado, llegando a barajar que quizás el error había sido mío y entre tantos papeles se me habían "traspapelado" los justificantes. Planteamiento que inmediatamente fue descartado después de hablar con el procurador, que recordaba perfectamente que sí que se aportaron y que al igual que yo, no se explicaba lo sucedido.


Por tanto, sólo había una interpretación posible y era que el Juzgado había perdido los documentos. Tras comentar con mis compañeros las posibilidades que teníamos ante tamaño desatino, lo primero era pedir una copia en CD de la grabación para comprobar efectivamente que los justificantes se aportaron. Y lo segundo, acudir al Juzgado para consultar los autos y confirmar que los documentos se habían extraviado o que simplemente, se le habían pasado al Juez, y ya de camino, mantener una reunión con éste personalmente.

Para ello cogí el coche, carretera y manta, y partí presto hacia el Juzgado, que como ya dije en mi anterior entrada se encontraba en la costa y bastante alejado de Sevilla. Al llegar lo primero que hago es echarle un ojo a los autos y compruebo que, efectivamente, los justificantes se habían extraviado ya que no aparecían por ningún sitio. Después de esto me reúno con el Juez, que resulta que era otro al que presidió el Juicio (vaya por Dios), ya que por lo visto éste lo había estado sustituyendo y el Juez titular era el que tenía ahora en frente. Por tanto, no pudiendo recordar lo sucedido ya que no estuvo presente (tampoco era vidente), la conversación se limitó a comentar las posibilidades que teníamos llegados a este punto, a falta de que ambos visionáramos el CD para comprobar lo que realmente había ocurrido, y por su parte asegurarme que iba a hacer todo lo que estuviera en su mano para encontrar los documentos, que si hacía falta pondría el Juzgado "patas arriba". Muy amable Su Señoría.

Después de esto y tras una semana, intoxicación por ostras de por medio (es lo que tiene esa ciudad, si vas hay que comer ostras), en que los clientes nerviosos perdidos me llamaban día sí y otro también (totalmente comprensible), me llega el CD y despejo todas las dudas, y es que lo sucedido fue que el Juez sustituto, al aportarle los justificantes que iban unidos al contrato, los puso en su mesa, a su derecha, alegando que el contrato ya constaba en autos y no era por tanto necesario que se unieran al expediente, sin fijarse en que justo tras el contrato estaban los justificantes (craso error), lo cual desde mi posición en la Sala no pude advertir.

Con esta información la única opción era plantear un Incidente de Nulidad de Actuaciones, que ya me lo había dejado caer el Juez titular en la reunión que tuvimos, o dicho de otro modo, pedir que se repitiera el Juicio alegando que el derecho a la defensa de mis clientes había sido vulnerado al no haberse tenido en cuenta la aportación de documentos que eran tan importantes para la resolución del pleito.

Y así, tras otras dos semanas en que mis pobrecitos clientes estaban ya al borde del infarto, llega por fin el Auto que finalmente declara la nulidad y acuerda que se repita el Juicio, eso sí sin asumir la culpa del extravío pero dando a entender que algo "raro" había pasado. Francamente no les quedaba otra, ya que como ya les puse entre aviso habríamos llegado por esto hasta el final, recurriendo incluso al Tribunal Constitucional si hubiera echo falta.

El juicio, que a día de hoy no se ha celebrado aún, así como el desenlace final de esta historia, será objeto de otra entrada más adelante.

(continuará)


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